Se entiende por esquizofrenia(en psicología) aquel trastorno mental grave que supone una alteración en el funcionamiento del cerebro, y como consecuencia una alteración en el pensamiento, las emociones, el comportamiento, la comunicación, etc.
Tipos de Esquizofrenia en psicología
- Paranoide
- Preocupación por uno a varios delirios o frecuentes alucinaciones auditivas.
- No existe predominio de los siguientes síntomas: habla desorganizada, conducta catatónica o desorganizada o afecto plano o inapropiado.
- Desorganizada
- Son prominentes todos los siguientes síntomas: habla desorganizada, conducta desorganizada y afecto plano o inapropiado.
- Los criterios para el tipo catatónico no se cumplen.
- Catatónica
Hay predominio de dos de los siguientes síntomas psicológico-motores:
- Inmovilidad motora evidenciada por cataplesia o estupor.
- Activad motora excesiva (aparentemente sin propósito y no influida por estímulos externos)
- Negativismo extremo (resistencia aparentemente inmotivada a cualquier indicación o mantenimiento de una postura rígida en contra de los intentos de ser movido), o mutismo.
- Movimiento voluntario peculiar evidenciado por posturas extrañas (posturas puestas de forma voluntaria inapropiadas ), movimientos estereotipados, manierismos prominentes o muecas llamativas.
- Ecolalia (repetición por parte del enfermo de una palabra o frase que acaba de decir), o ecopraxia (el paciente repite los gestos que hace la persona con la que está hablando).
- Indiferenciada
- Los criterios para el diagnóstico de los subtipos catatónico, paranoide o desorganizado no se cumplen a pesar de estar presentes en la actualidad los síntomas del primer criterio para el diagnóstico de esquizofrenia.
- Residual
- No son predominantes los siguientes síntomas: alucinaciones, delirios, habla desorganizada o comportamiento desorganizado o catatónico.
- Hay evidencia del trastorno dada la presencia de síntomas negativos o dos o más síntomas atenuados de los indicados en el primer criterio para el diagnóstico de la esquizofrenia.
Los síntomas de esta esquizofrenia a nivel psicológico
Se dividen en dos grupos: positivos y negativos. Esta distinción hace referencia a las manifestaciones más expansivas, de excesos (síntomas positivos); y a aquellas carencias o empobrecimiento, que el enfermo manifiesta en determinadas fases de la enfermedad (síntomas negativos).
Los síntomas positivos son los que se manifiestan mediante:
Alucinaciones: son percepciones de estímulos externos que en realidad no existen. Pueden ocurrir en cualquiera de los cinco sentidos. Las auditivas consisten en voces que dictan órdenes, insultan al enfermo, o personas que hablan de él. Otro tipo de alucinaciones son las visuales, en las que se perciben imágenes o personas inexistentes. Normalmente son seres humanos. Existen también alucinaciones cenestopáticas, es decir, sensaciones sobre el propio organismo, como pinchazos en la piel, calor, frío, etc. Las olfativas, se distinguen porque el enfermo percibe olores sin que existan en realidad (de perfumes, o más habitualmente de malos olores como sustancias putrefactas o excrementos). Cabe destacar que el paciente percibe todo este tipo de alucinaciones como si fueran de verdad, es decir, está completamente convencido de que realmente existen. Esta sensación hace que se angustie al experimentarlas, o bien que conviva con ellas con toda normalidad.
Delirios: son creencias erróneas que suelen llevar a mal interpretaciones de percepciones o experiencias. El enfermo está completamente convencido de que ocurren de verdad, y que por lo tanto tiene razón, porque aquello que él percibe es la realidad. Los más frecuentes son: Delirio de persecución, la persona cree que quieren perjudicarle o agredirle, y se siente espiado o observado.
Delirio de Celotipia, el enfermo piensa que su pareja le engaña. Observa su comportamiento, y atribuye el significado que le interesa a miradas o gestos que la otra persona realiza.
Delirio de culpa, la persona atribuye todo el lío de su mundo a algo que hizo mal.
Delirio de grandeza, cree que es alguien escogido por un ser superior, y por eso está por encima de todos los demás. Puede manifestarse también con la creencia de que es el más inteligente del mundo, o incluso cree que tiene un mensaje para la humanidad y lo debe dar a conocer.
Delirio místico, la persona puede entrar en una fase de misticismo religioso, y ve en cualquier acción la posibilidad de pecado. Hace penitencia, oración y busca la perfección en sus conductas.
Delirio somático, el enfermo cree que tiene unas deformidades de tipo físico, aunque en realidad no son ciertas. Por este motivo cree que la gente lo mira por la calle, y se ríe de él. Éste es el motivo de que adopte una actitud defensiva hacia los demás.
Delirio de referencia, todo lo que pasa alrededor del paciente tiene un significado para él. Él es el centro del Universo, y no hay nada que ocurra, o se diga por casualidad. Cualquier comentario que se dice en la televisión hace referencia a él; en definitiva, todo va dirigido a él creando un estado de tensión continuado o incluso reacciones agresivas.
Delirio de control, el paciente cree que su pensamiento está dirigido y controlado por terceras personas (ya sean reales o imaginarias).
Ideas delirantes, son introducidas en su pensamiento por otras personas o seres, y crean ideas ajenas o pensamientos que no son los suyos. A veces el enfermo tiene la sensación de que le roban el pensamiento, es decir, que lo que piensa lo conocen otras personas. Para concluir con los delirios quisiera destacar la idea de que cuando una persona se recupera de un episodio delirante se queda sorprendido de lo que pensaba cuando estaba enferma; se podría decir que es una sensación similar a la de despertar de un sueño.
Conducta extravagante, esto se refiere a la manera de vestir, la apariencia, la conducta social y sexual, la conducta agresiva o agitada, y por último, la conducta repetitiva o estereotipada. Puede darse el caso de que el paciente descuide su aseo, y vaya sucio y dejado. Su comportamiento social suele ser de aislamiento y de encerrarse en sí mismo; o por el contrario puede ser una persona muy habladora y pesada. En la persona esquizofrénica puede darse un incremento de la libido o deseo sexual, manifestándose en excesivas caricias y bromas de carácter sexual.
Desorden formal del pensamiento, las personas organizamos el pensamiento mediante un argumento con inicio y final, de manera que sea lógico y fácil de entender para los demás; en personas con esquizofrenia puede no ocurrir esto. Este síntoma se manifiesta con el descarrilamiento (saltar de un tema a otro), la tangencialidad (el enfermo contesta a las preguntas de manera indirecta, con significado irrelevante), la incoherencia (la forma de hablar es incomprensible), el pensamiento ilógico (las conclusiones elaboradas por el sujeto carecen de lógica alguna), la circunstancialidad (es una manera de hablar de forma indirecta, tardando tiempo en llegar a decir lo que se piensa), la taquilalia (el habla de la persona es rápida y difícil de interrumpir), la asíndesis (el paciente es distraído por estímulo insignificante que interrumpen el curso de su lenguaje), y por último la asociación de sonidos (habla en la que los sonidos son más importantes que el significado de lo que se quiere decir), en enfermo llega incluso a hacer rimas.
Alteración de la afectividad, es decir, la afectividad cambiada o alterada de diferentes maneras. El esquizofrénico muestra ambivalencia en las emociones o sentimientos hacia las personas.
La agresividad, suele aparecer en las primeras manifestaciones de la enfermedad, o bien en posteriores brotes o recaídas. Esta agresividad es consecuencia de todo lo que pasa por su cabeza (delirios, alucinaciones, etc. en los que personas que le rodean están implicados pretendiendo hacerle daño). La agresividad puede ser verbal (insultos, palabrotas…), pero también puede ser física (contra muebles u objetos que estén a su alrededor). Raramente la agresión es contra otra persona. Todas estas reacciones generalmente se producen de manera no premeditada. Ante un acto de este estilo el enfermo muestra, después de haberlo hecho, indiferencia, que será sustituida por arrepentimiento una vez pasadas unas horas o días. Un hábito habitual en pacientes con esquizofrenia es el fumar convulsivamente, se encuentran colillas en lugares insospechables, esto hace que quemen muebles o colchas.
Los síntomas negativos suelen aparecer una vez se ha diagnosticado la cronicidad de la enfermedad. Suelen aparecer después del segundo o tercer episodio psicótico. Son síntomas de empobrecimiento y de carencia de la persona enferma. Estos síntomas al contrario que los positivos, no disminuyen considerablemente con el tratamiento farmacológico, dificultando mucho más que el individuo mejore. Debido a esta circunstancia, a largo plazo, son más importantes que los positivos.
Los síntomas denominados como negativos son los siguientes:
Afecto embotado, es decir, inexpresividad facial, disminución de movimientos espontáneos, escasez de gesticulación expresiva, pobre contacto ocular, ausencia de respuesta afectiva, afecto inapropiado y ausencia de inflexiones en la voz (tono monocorde)
Alogia. Consiste en pobreza en el habla (respuestas breves, concretas y escasas), pobreza en el contenido del habla (poca información), bloqueos (el paciente dice que su pensamiento ha sido interrumpido), y por último un incremento en el tiempo de respuesta.
Abulia-apatía. La primera consiste en una falta o debilitación notable de la voluntad. La segunda hace que el enfermo mantenga una limpieza e higiene descuidada, una falta de continuidad laboral o escolar y una anergia física (la persona está como inerte).
Anhedonia-insociabilidad. Definimos anhedonia como la escasa o nula actividad lúdica, la disminución del interés sexual, reducida capacidad para las relaciones íntimas o cercanas y aislamiento social.
Déficit de atención. Es la falta de contacto social (como si “estuviera en la luna”) y la distracción durante la entrevista con el sujeto.
Esta es la división de los síntomas más utilizada por los profesionales de la salud, pero las últimas investigaciones critican estos factores proponiendo una nueva agrupación compuesta por tres tipos de síntomas en lugar de dos: los positivos, los negativos y las alteraciones de comportamiento.
Javier Aparicio Mercader es un psicólogo con una vasta experiencia y una sólida formación en múltiples áreas de la psicología. Con una carrera que abarca más de una década, Javier ha desempeñado roles clave como psicólogo escolar, clínico, forense, orientador, psicoterapeuta y psicólogo infantil. Su dedicación y compromiso con la profesión se reflejan en su profundo conocimiento y habilidades en cada uno de estos campos.
Durante los últimos 10 años, Javier ha trabajado incansablemente para mejorar la salud mental y el bienestar de sus pacientes. Ha acumulado una amplia experiencia, permitiéndole abordar una variedad de problemáticas con una perspectiva holística y bien informada. Su enfoque integral le permite proporcionar tratamientos personalizados y efectivos, adaptándose a las necesidades específicas de cada individuo.
Desde hace 5 años, Javier dirige su propio gabinete de psicología, donde lidera un equipo de profesionales altamente capacitados. Este equipo multidisciplinario trabaja en conjunto para ofrecer servicios especializados en todas las ramas de la psicología, incluyendo la atención a trastornos emocionales, conductuales y de desarrollo en niños, adolescentes y adultos. Bajo su liderazgo, el gabinete se ha convertido en un referente en el campo de la psicología, ofreciendo un entorno seguro y de apoyo donde los pacientes pueden explorar y superar sus desafíos personales.
Javier es conocido por su enfoque estratégico y su capacidad para establecer una conexión auténtica con sus pacientes. Su pasión por la psicología y su deseo de ayudar a los demás lo impulsan a mantenerse actualizado con las últimas investigaciones y técnicas terapéuticas. Esto le permite ofrecer intervenciones basadas en la evidencia que promueven cambios significativos y duraderos en la vida de sus pacientes.