El sexo en la pareja es uno de los pilares más importantes en una relación. Cuando este no funciona bien, la pareja puede tener crisis, decidir romper o en ocasiones buscar fuera una aventura. En general el sexo aburrido se produce por la rutina o por timidez a la hora de proponer o de decir claramente que gusta.
Cuando encontramos estas situaciones en vez de ejercer la ley del silencio( que traerá un rechazo posterior), debemos tomar medidas. Para hacerlo de una forma mas terapéutica. En mi experiencia cómo psicólogo en Cartagena , todavia me sorprenden algunas consultas que recibo sobre – Cómo hablar con mi pareja de mis fantasias- o -Cómo salir de una rutina sexual aburrida- . La mayoria realmente guiadas por la verguenza dentro de la misma pareja. Para solucionar este sexo aburrido o malo os daré algunas recetas.
El juego de puntual zonas Erogenas
Se les pide que en casa cada miembro de la pareja dibuje en una cartulina el cuerpo desnudo del otro por delante y por detrás. Después, cada uno irá asignando, a cada zona del cuerpo, una puntuación de 1 a 10 según el placer que cree que siente su pareja cuando se la estimula en las diferentes zonas.
Al lado de cada número, pueden ir describiendo someramente el tipo de estimulación (besos, tipo de caricias, etcétera) con que se obtiene
esa puntuación. Es importante hacerlo con todo el cuerpo y buscar nuevas zonas y placeres.
La mujer de Hielo
La pareja debe ir al cuarto, y en este caso la mujer debe quedarse tumbada en la cama. Tiene que tomar un rol donde se convierta en una estatua de hielo e intente no sentir placer, ni llegar al orgasmo. Es recomendable que se vende los ojos. Su pareja, mientras ella es esta estatua de hielo inmóvil que se resiste al placer, debe acaricias, besar y jugar con todo su cuerpo haciendo o intentando que perciba todo tipo de sensaciones placenteras. Por último y en último lugar se dejará un espacio para la penetración.
Variar el menú
Se indica a la pareja que hasta la sesión siguiente exploren entre ellos diversas maneras de disfrutar sexualmente, pero que no impliquen la rutina anterior. Se les proporcionan tres pequeñas cajas, en una se introducen nombres de lugares, en otra de posturas o actos sexuales y en la última rol o lenguaje (pasivo, dominante, activo ect..). La pareja debera dos veces en semana varias el menú cogiendo de cada caja un papel y así provando cosas diferentes a la actual.
Con estas tres simples recetas la pareja descubrirá formas diferentes de hacer el amor, serán mejores amantes y el sexo se volverá divertido y apasionante.
Javier Aparicio Mercader es un psicólogo con una vasta experiencia y una sólida formación en múltiples áreas de la psicología. Con una carrera que abarca más de una década, Javier ha desempeñado roles clave como psicólogo escolar, clínico, forense, orientador, psicoterapeuta y psicólogo infantil. Su dedicación y compromiso con la profesión se reflejan en su profundo conocimiento y habilidades en cada uno de estos campos.
Durante los últimos 10 años, Javier ha trabajado incansablemente para mejorar la salud mental y el bienestar de sus pacientes. Ha acumulado una amplia experiencia, permitiéndole abordar una variedad de problemáticas con una perspectiva holística y bien informada. Su enfoque integral le permite proporcionar tratamientos personalizados y efectivos, adaptándose a las necesidades específicas de cada individuo.
Desde hace 5 años, Javier dirige su propio gabinete de psicología, donde lidera un equipo de profesionales altamente capacitados. Este equipo multidisciplinario trabaja en conjunto para ofrecer servicios especializados en todas las ramas de la psicología, incluyendo la atención a trastornos emocionales, conductuales y de desarrollo en niños, adolescentes y adultos. Bajo su liderazgo, el gabinete se ha convertido en un referente en el campo de la psicología, ofreciendo un entorno seguro y de apoyo donde los pacientes pueden explorar y superar sus desafíos personales.
Javier es conocido por su enfoque estratégico y su capacidad para establecer una conexión auténtica con sus pacientes. Su pasión por la psicología y su deseo de ayudar a los demás lo impulsan a mantenerse actualizado con las últimas investigaciones y técnicas terapéuticas. Esto le permite ofrecer intervenciones basadas en la evidencia que promueven cambios significativos y duraderos en la vida de sus pacientes.