Hay autores que diferencian entre tipos de estrés como estrés bueno o “eustres” y estres malo o “distres”.

Se suele hablar pues de estrés como estímulo o estrés como respuesta y yo quiero hacer énfasis en el tercer aspecto, es el retorno al equilibrio.

1. Estrés como estímulo: los estresores

Estamos continuamente captando distintos estímulos tanto de nuestro entorno inmediato como de nuestro propio organismo (cuerpo mente). Muchos de los estímulos los captamos sin que medie nuestra conciencia y otros los percibimos más o menos conscientemente. Percibimos a través de nuestros sentidos: la vista, el oído, el olfato, el gusto, el tacto/sensaciones, y el sistema propioceptor (o el sexto sentido que es nuestro lugar en el espacio/tiempo). Nuestro cerebro está continuamente procesando dicha información archivándola en las distintas memorias que tenemos, y a la hora de hacerlo elimina, genaliza, y distorsiona la información. Pero tanto si la archiva, como si la elimina hay un proceso de selección rapidísima e inconsciente que tiene un resultado o respuesta.

Cuando hablamos de estrés como estímulo estamos hablando de los estresores o los ingredientes que van a contribuir a producir una respuesta determinada. Estos estresores pueden ser internos, como las necesidades físicas de comida, bebida, alguna inflamación, dolor etc o externos fisicos, medioambientales, o sociales.

Maslow ya decía que cubrir nuestras necesidades básicas nos motiva para la acción. Cuando tenemos necesidades tenemos tensión, una necesidad no satisfecha provoca un impulso que mueve a la persona hasta que se satisface dicha necesidad. Según Maslow el ser humano siempre está buscando satisfacer sus diferentes necesidades que son jerarquizables, desde las necesidades básicas hasta las necesidades de autorrealización.

Hoy en día se habla de estresores medioambientales como puede ser la luz, los ruidos, los olores, todos los productos químicos, que o bien ingerimos o con los que estamos en contacto, la temperatura, y como nos afectan los espacios o entorno en que nos movemos. Asimismo podemos hablar de bacterias, virus, sustancias tóxicas, y estímulos físicos o fisiológicos que causan dolor. Todos estos estímulos hacen que nuestro organismo los perciba, más o menos conscientemente y responda de alguna de 3 maneras, combatiéndolos, apartándose o adaptándose, es decir utilizando mecanismos para defenderse, cerrarse/bloquearse, o flexibilizarse.

Si bien es cierto que como los seres humanos somos seres sociales y vivimos en sociedad los estímulos que más nos afectan son las relaciones humanas, tanto nuestra relación con nosotros mismos como con los demás. Necesitamos de los demás para desarrollarnos tanto física como psicológicamente y esta dependencia real, en los primeros momentos de nuestra vida, nos hace especialmente sensibles a las relaciones que establecemos con nosotros mismos y los demás.

2. Estrés como respuesta: los comportamientos observables

Hoy en día, con los avances de las distintas disciplinas y la interrelación entre ellas, cuando se habla del estrés como respuesta tenemos que hablar de cómo los diferentes estímulos afectan a los distintos sistemas del organismo (cuerpo – mente). Porque el organismo es un sistema compuesto de subsistemas todos interrelacionados entre si y lo que afecta a uno termina afectando a todos los demás. La respuesta de estrés es pues una respuesta global que afecta todo el sistema.

Cuando hablamos del estrés como respuesta podemos hablar de cómo el estrés nos afecta psicológicamente, es decir: mentalmente, emocionalmente y comporta mentalmente. Además a la hora de llevar a cabo estas respuestas se están produciendo cambios físicamente tanto bioquímicos, energéticos como fisiológicos. Y al vernos afectados por estos cambios que inciden necesariamente sobre nuestra salud, tanto física como mental, nos hace cuestionar nuestros valores o lo que es importante para nosotros o nuestros propósitos en la vida y también nos afecta espiritualmente.

El resultado de cómo nos afectan los estímulos, o los ingredientes, depende de cómo aprendemos a vivir la vida que nos ha tocado. Unos tendremos unos ingredientes, mejores o peores que otros pero, esos son los que son, y lo que tenemos que aprender es a “sacarles el máximo provecho”

3. La tolerancia al estrés: la resiliencia al estrés

Dos personas que viven los mismos estímulos pueden tener respuestas diametralmente diferentes. Esto tiene que ver con las diferentes personalidades que pueden tener estas personas, que a su vez están compuestas por diferente genética, temperamento y/o cualidades personales.

Hoy en día se habla de “resiliencia” al estrés que no es nada más ni nada menos que tener recursos y habilidades. Se refiere a la capacidad de tomar decisiones que nos lleven a buscar soluciones alternativas. Para mí el estrés es una oportunidad, es la condición necesaria para aprender algo nuevo, y cada vez que se aprende algo nuevo nos desarrollamos.

El estrés se puede entender y manejar desde diferentes perspectivas pero siempre tiene que ver con que haya tensión. Así pues se lo podemos enfocar:

1. Como estímulos que nos estresan y cómo podemos manejarlos

2. Como el resultado de los estímulos cambiando la respuesta

3. Cómo nos afecta y de que depende que nos afecte

By AC Psicología / Ansiedad Cartagena


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