RABIETAS

Tu hijo se tira al suelo, chilla, da patadas, no hay manera de que se calme ni de razonar con él… y encima estas en el súper, en el cine, de compras, o en cualquier sitio público, ¿Qué hacer para que se tranquilice? Te damos los trucos desde la psicología infantil que te ayudarán en esta situación.                                                                     

Las rabietas son comunes a los dos años de edad, sin embargo, estas puede alargarse durante años posteriores.

Entre los 2 y los 4 años los niños empiezan a desarrollar su autonomía y a saber qué cosas les gustan y que no, que quieren hacer y qué no y quieren hacer cosas solos a pesar de que aun necesitan la ayuda de los adultos.

Cuando lo que quieren hacer no corresponde con lo que los adultos quieren que se haga es cuando aparecen las rabietas. Los niños no son capaces aún de expresarse correctamente debido a que el lenguaje todavía no está bien adquirido y su manera de mostrar su disconformidad es mediante las rabietas.

Pero, ¿Qué podemos hacer en ese momento? Consejos de la psicología infantil

  1. Mantén la calma. Gritar no es la solución, así solo conseguiremos ponernos nerviosos, que todos nos miren y no va a solucionar la rabieta. Respira hondo y cuenta hasta 10.
  2. NO le des lo que quiere por el hecho de tener una rabieta. Este punto parece el más obvio, pero muchos padres ceden al deseo de sus hijos para evitar las rabietas, y esto no hace más que mantenerlas o incluso aumentarlas, ya que el niño aprende a conseguir sus objetivos mediante esta técnica.
  3. Acepta la rabieta como algo evolutivo, producto de su crecimiento. Ni tu hijo es malo ni tú lo estás haciendo mal. Las rabietas son habituales en los niños.
  4. La retirada de atención es útil cuando no es posible razonar con el niño. Evita el contacto ocular, las palabras y los gestos.  De esta manera vera que no consigue lo que quiere y en 5-10 minutos la rabieta habrá acabado.
  5. Favorece la comunicación. Ya hemos dicho que las rabietas se producen por la incapacidad de los niños de expresar sus sentimientos, si favorecemos desde pequeños esta expresión, reduciremos las rabietas. Explícale el por qué no le puedes comprar ese juguete con un tono calmado e intenta que él ponga palabras a ese enfado.
  6. Ten siempre un plan B, conocer los juegos o juguetes favoritos de nuestros hijos nos hará tener una alternativa a aquello que el niño no puede hacer.
  7. Refuerza el cese de la rabieta y explícale que no consigue nada con ello y que es mejor que exprese que le sucede para poder buscar una solución.

Con estos consejos estamos seguras que las rabietas disminuirán y mejorará la comunicación en la familia.

By AC Psicología Cartagena


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