Mi hijo consume ¿Cómo saber si mi hijo se droga?
En la actualidad el uso y consumo de algunas drogas entre adolescente y jóvenes se está convirtiendo en algo común. La marihuana es el ejemplo más claro de droga tótem que a muchos adolescentes les parece totalmente inofensiva. Muchos tienen la filosofía de que es una hierba o de que el tabaco es peor. Realmente ignoran que el THC que tiene la marihuana consumido de forma frecuente produce desmotivación, cansancio, supor, alucinaciones, produce mono, irritabilidad, paranoia y otros efectos. A largo plazo sin duda se convierte en un provocador precoz de Alzheimer, puede producir brotes psicóticos, produce que la persona viva en una paranoia constante etc….
Ante esta normalización muchos padres viven en la angustia frecuenta de no saber si sus hijos toman estas sustancias. Por desgracia otros padres lo descubren tarde o no lo detectan. En mi experiencia en este mundo, y como colaborador de la clínica CITA y psicólogo infantil en Cartagena quiero dar algunas pautas a los padres para detectar consumos de drogas y otras sustancias.
Pautas que se deben observar:
- Cambios de actitud y carácter frecuentes (malos modos, contestaciones o irritabilidad).
- Cambios en el aspecto físico; especialmente en una mirada somnolienta y con los ojos rojo o la pupila continuamente dilatada (en muchas ocasiones un descuido general de su imagen corporal y de su higiene).
- Peticiones frecuentes de más dinero o desaparición de objetos en casa.
- Rodearse de un ambiente de amigos con la filosofía de LA Hierba es Buena.
- Cambiar sus hábitos llegando a deshoras, escondiéndose de la familia o evitando el hablar.
- Comienzan a descuidar las obligaciones y responsabilidades; especialmente por alteraciones en el sueño.
- Agresividad no acorde a las situaciones o de elevada magnitud.
- Rechazo y desapego a la familia y acercamiento a grupos de amigos con la filosofía de la hierba es buena.
Cuando nos encontramos estos factores juntos, reiterados en el tiempo, con un empeoramiento general de nuestro hijo y con el comienzo de un mal ambiente familiar; debemos si o si tomar cartas en el asunto.
Lo mejor en estos casos para abordar la situación con la mayor tranquilidad es consultar a un experto que nos ayude a orientarnos. Muchas veces la intervención en el consumo depende del tipo de familia, del tipo de consumo, de las relaciones del hijo, y de la relación familiar. Tenemos que analizar todos estos factores y extraer conclusiones claras para hacer una intervención de bisturí. Lo que será siempre un error en estos casos será el hecho de empezar acusando, culpando, registrando y prohibiendo y limitando. Haciendo todo esto muchas veces solo le confirmamos a nuestro hijo lo que su grupo de amigos dice o piensa sobre la filosofía de la hierba es buena.
By psicólogo en Cartagena / AC psicología
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