Para evitar los ataques de ansiedad hay que mantener un estado de tranquilidad, evitando así los brotes ansiosos. Hay diversas formas de evitar acumular toda esta ansiedad, pero yo opto casi siempre por las naturales. Una forma muy natural de combatir la ansiedad es la meditación. Meditar nos ayudará a llevar una vida más tranquila reduciendo la ansiedad sin efectos secundarios, y nos ayudará también a conciliar el sueño. Para empezar podemos hacer ejercicios de meditación: debemos de colocarnos en un lugar tranquilo y sentarnos de forma cómoda con la espalda lo más recta posible. Deberemos de imágenes tranquilas o dejar la mente volar. En ese proceso debemos mantener una respiración lenta, pausada y profunda. Nos será muy útil reproducir cintas y piezas de meditación guiada. Estas cintas están compuestas de música relajante y voces que nos ayudan a meditar con instrucciones y sugerencias. El tiempo recomendable para empezar son unos 10-15 minutos diarios.
Es un recurso muy útil para fomentar la imaginación de escenarios positivos. Otros ejercicios muy útiles son los de respiración abdominal. Su objetivo es fortalecer el diafragma para disminuir la demanda de oxígeno. Por tanto, con menos energía podremos respirar mejor. Por último, destacamos los ejercicios de relajación. Debemos colocar música relajante de forma muy suave y sentarnos en un lugar tranquilo lo más cómodos posible. Una variación, que es la más recomendada es la de tumbarnos hacia arriba con las piernas separadas y los brazos cercanos al cuerpo.
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