Fases iniciales del desarrollo en Autismo (0 a 5 años)

El TEA no tiene etiología clara, pero suele ser atribuido a alteraciones cromosómicas o genéticas.

En la primera fase llamada fase de neurogénesis (antes del nacimiento) se dan un exceso de conexiones neuronales.

En una segunda fase o fase perlocutiva de 0 a 9 meses (después del nacimiento) no hay claros síntomas de que el niño sufra una patología. Esta fase, es la llamada fase silenciosa. Se adquieren los ajustes sensorio-motores, capacidades sociales básicas y conciencia del ambiente.

La tercera fase es la fase ilocutiva, que va desde los 9 a los 12/18 meses. En esta etapa se adquiere el lenguaje más complejo. Además se aprende la intencionalidad, la permanencia del objeto y las capacidades motoras básicas. En esta fase ilocutiva ya se observa que el niño autista no desarrolla la comunicación. La característica fundamental es que no son capaces de señalar o de realizar gestos comunicativos.

La última y cuarta fase, periodo crítico de humanización y subjetivación (el nombre, no quiere decir que un niño con TEA no sea humano). El autismo se manifiesta de una forma abrupta. Se observa una diferencia evidente entre el niño autista y los niños sin el trastorno.

En esta fase suele ser cuando la familia observa un desarrollo atípico. En esta etapa de los 18 meses a los 4 años  el niño no desarrollará las habilidades mentalistas naturales.

De ser un niño con un desarrollo normal sería capaz de atribuir representaciones a los demás y diferenciar las propias. Un niño autista es incapaz de atribuir representaciones en los demás, y en casos concretos presenta ciertas dificultades para comprender las propias. 

El niño autista tiene un déficit especifico en la capacidad para darse cuenta que los demás tienes creencias o representaciones. Son incapaces de “leer la mente” de sus iguales. El autista confunde el estado mental de las otras personas con la situación real. Así por ejemplo, si se le dijera a un niño autista una adivinanza tan sencilla como: Oro parece plata no es”, el niño entendería el sentido literal.

El déficit de no atribuir a las otros capacidades mentales produce la incomprensión de su conducta. Existirá una carencia de mecanismos para la decodificación de símbolos o lenguaje. Habrá una dificultad para descifrar las intenciones. Sobretodo habrá dificultad para descifrar la comunicación que busque compartir las experiencia. Se destaca que existirá una carencia de malicia o engaño, y para terminar habrá dificultades comunicativas en las conversaciones.


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