En la psicología existe lo que se denomina trastornos por impulsos, dos muy conocidos son la Cleptomanía, y la Piromanía. A pesar que la gente crea que estos dos conceptos pertenecen a personas psiquiátricas con delirios y panonias; no es así.
En su mayoría son personas normales que tiene un impulso irremediable frene a estos dos estímulos, ver el fuego y robar. En general el resto de su vida es aparentemente normal. Solo aquellos que son psicopatas y salen en las noticias son los que llevan estos impulsos al extremo. Expliquemos bien estos dos conceptos:
1)Cleptomanía, fracaso recurrente en resistirse al impulso de robar objetos que quien sustrae no necesita ni le sirven para su uso personal, ni suelen tener un valor monetario considerable.
El paciente experimenta una creciente sensación de tensión que precede al hurto, y que sólo desaparece perpetrándolo, lo que acostumbra a hacer sin concurso de otros, ni guiado por la ira o los deseos de venganza.
Debido a que los cleptómanos obtienen gratificación del acto mismo de robar y no de la posesión de lo sustraído, se apoderan a menudo de objetos de poco valor que podrían comprar fácilmente. Aunque la psiquiatría considera la cleptomanía un trastorno en el control de impulsos, no se reconoce como atenuante legal en ciertos países.
2)Piromanía es un trastorno mental caracterizado porque el paciente provoca incendios repetida y deliberadamente sin obtener beneficio económico alguno, movido sólo por un impulso irrefrenable.
El paciente experimenta una fuerte tensión ansiosa antes de comenzar el fuego, y después siente placer, descanso e incluso gratificaciones eróticas. A menudo se trata con psicoterapia. Desde el punto de vista legal, el pirómano es considerado un delincuente.
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