Amor online ¿ Es verdadero?
Hasta no hace mucho, se hablaba de amor cuando dos personas experimentaban una química especial que los conectaba profundamente. si hablamos de amor online, tal vez tengamos la misma definición, pero existe una diferencia fundamental en estas dos modalidades y es la presencia física de la otra persona.
Las páginas de búsqueda de pareja e internet han revolucionado las relaciones de pareja y actualmente es muy fácil encontrar a alguien que coincida con el perfil de nuestra pareja ideal. Al menos en apariencia.
Si bien es cierto que existe en muchas ocasiones el engaño, nos centraremos en los casos en que las personas se muestran auténticamente y no a los fraudes.
En los encuentros online las personas suelen mostrar lo mejor de sí mismas, esto debido a las circunstancias en las que se producen los encuentros: a solas con el ordenador, en forma relajada, en los momentos más convenientes, lo cual alienta (principalmente en el caso de las personas tímidas) a mostrar las cualidades, cosa que no harían en persona. De este modo, las personas que se sienten solas se animan a buscar una pareja y a entablar una relación, mostrándose frente al otro de una forma que no se atreverían si fuese un encuentro presencial.
Por otra parte, debido a las características de la comunicación online, se producen muchos huecos en la información. La mente tiene la tendencia a llenar los vacíos informativos con datos de nuestra experiencia, por lo que si la persona con la que conversamos nos resulta agradable, tenderemos a llenar los vacíos con información positiva sobre esa persona.
De esta forma es muy fácil encontrar a la persona de nuestros sueños del otro lado del ordenador y sentirnos enamorados. Este fenómeno de proyección de nuestros anhelos sobre la otra persona, puede terminar en desilusión si dicha persona no coincide con las expectativas que nos habíamos formado.
Pero allí nace el problema, ya que una relación online no es una verdadera relación de pareja, porque no hay una presencia física, no hay contacto ni espontaneidad. Lo que suele pasar es que ante la soledad e insatisfacción, resulte muy fácil sentirnos atraídos por quien está del otro lado de la red y que nos muestra las cualidades que deseamos encontrar en la persona amada.
Claro que es sencillo para nuestro amigo virtual ser siempre adorable, divertido y servicial, si solo nos encontramos cuando le resulta conveniente y su interacción se reduce a un encuentro con una pantalla, sin la carga que representa la vida cotidiana, compartir el espacio, las tareas domésticas, el pago de las facturas, el cansancio luego de una jornada laboral u otras situaciones de la vida real y que constituyen los verdaderos lazos del amor, compartir los buenos y malos momentos.
Esto no significa que debas desechar esa relación virtual que se está gestando, sino que debes trasladarla a tu vida real. Conócelo personalmente, tómate tu tiempo ya que deberás descubrir su personalidad en la cotidianeidad, sus defectos y virtudes y analizar si el balance resulta favorable y si lo que sientes es amor verdadero.
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